Del 10 al 17 de agosto, un grupo de laicos de Palermo que comparten el carisma oblato vino a visitar los lugares de san Eugenio en Aix y Marsella. El grupo lo formaban ocho personas, entre ellas un Oblato y una COMI (una laica consagrada del Instituto secular de las Cooperadoras Oblatas Misioneras de la Inmaculada), originarios los dos de Palermo.
Todos venían de un recorrido de fe y formación cristiana y misionera en la comunidad OMI de Palermo, a la que conocieron en los años 1985-1995, y dijeron: «Para nosotros, esta experiencia es como ir a visitar a nuestra familia, para conocer mejor nuestras raíces».
El grupo llevaba tiempo preparándose a esta visita, y en el mes de abril pasado, peregrinaron en las huellas de Eugenio en Palermo, gracias a un estudio de los lugares de la ciudad relacionados con los años de exilio de san Eugenio, realizado por uno de ellos, Enzo David, y otras personas. A más de dos siglos de distancia, hicieron el mismo recorrido de Eugenio, de Palermo a Aix, con los mismos sentimientos de esperanza, de preguntas de cara al futuro, de interrogantes sobre la fe. A lo largo de la semana, vivieron en intimidad con el Fundador, se encontraron a sí mismos en su experiencia, y se sintieron confirmados en su pertenencia a la familia Oblata. Ayudados por las conferencias de los padres Krzysztof y Bonga, pudieron entrar en profundidad en su corazón y abrirse a la gracia de estos lugares, compartiendo esos días con la comunidad de los Oblatos de Aix. La fraternidad también se expresó a través de la preparación de una comida siciliana, en memoria de la estancia de Eugenio en aquella tierra. Dejaron Aix llenos de alegría y gratitud por la experiencia y felices de comprobar la relación espiritual entre Aix y Palermo, la ciudad que acogió a san Eugenio al nacer y la que le acogió en su exilio, donde encontró una familia y amigos – hace dos siglos pero también hoy. Ese « encuentro familiar » llenó de alegría los corazones de todos nosotros y seguro que también él de san Eugenio.
Ileana CHINNICI, COMI