Cada miércoles de Cuaresma, los Mazenodianos se encuentran en casa de los Oblatos para compartir en grupitos sobre la Palabra de Dios. También durante la Cuaresma llevan la comunión a ancianos o enfermos.
Los Mazenodianos quieren vivir la espiritualidad de los Oblatos y participar de su misión, siguiendo el ejemplo de san Eugenio de Mazenod.
En el año 1807, durante el oficio del Viernes santo, san Eugenio de Mazenod, conmovido por la cruz de Cristo, descubre al Dios Amor. Desde ese momento, siempre estará con Dios en una relación de profunda intimidad, en todo momento. El Dios abstracto y lejano se ha convertido para él en una persona, en un padre amoroso y amado. Eugenio reconoció que todo viene de él, gratuitamente y sin ningún mérito. A raíz de ese encuentro, le da a Cristo el nombre de amigo, un amigo siempre cercano, un amigo tierno aunque no por eso menos exigente.
Krzysztof ZIELENDA, OMI