Como este año el 21 de mayo caía en lunes de Pentecostés, fue el viernes 25 de mayo cuando la familia mazenodiana celebró a San Eugenio de Mazenod con la comunidad de los Oblatos de Aix. Al inicio de la celebración eucarística, los fieles escucharon atentos y emocionados el relato de los últimos momentos de la vida del Fundador de los Misioneros Oblatos de Maria Inmaculada.
Las palabras de la Escritura y los cantos oídos durante la misa evocaban a San Eugenio, su carisma y la misión de sus hijos espirituales:
“Para ser entre los hombres humilde signo
Y revelar el amor del Padre,
Indicaste el camino del Reino
A los más humildes de la tierra” (salmo 95).
A continuación, los numerosos participantes se congregaron en el claustro con la comunidad de Aix al completo.
Estaban también presentes los Oblatos participantes de la Experiencia de Mazenod, procedentes de todos los rincones del mundo, así como otros de la comunidad de Marsella.
Por primera vez acogimos en esa tarde festiva a laicos de la parroquia de Fuveau, con uno de sus sacerdotes. ¡Se ensancha la familia mazenodiana!
El Padre BONGA recordó con insistencia el mensaje de San Eugenio sobre la caridad y el meollo de la misión de cada cual: dar a conocer a Jesucristo.
Algunos miembros de la familia mazenodiana, jóvenes mazenodianos, jóvenes de la Frat, dieron testimonio de lo que viven con la comunidad y en la familia mazenodiana: la acogida, la sencillez y humildad de los miembros de la comunidad, la serenidad de la casa, el amor al otro que se refleja, la fe al servicio de los prójimos, el encuentro entre culturas distintas… ¡tantos bienes valiosos sacados del carisma oblato y que los participantes pusieron de relieve!
La velada, entremezclada de cantos internacionales, prosiguió con una barbacoa gigante que deleitó a todos los miembros de esta hermosa familia mazenodiana.
Chantal BERNARD-BRET