La felicidad nos espera en esta santa Sociedad, que no tendrá más que un solo corazón y una sola alma – escribía san Eugenio de Mazenod al padre François de Paule Henry Tempier en su carta del 9 de octubre de 1815. Con el fin de acrecentar su comunión con Jesucristo y la comunión entre ellos, los Oblatos de Bielorrusia peregrinaron a Aix con motivo del bicentenario de la fundación de la Congregación.

(de izquierda a derecha) Szymon FORAJTER, Piotr BIELEWICZ, Jerzy KOTOWSKI, Andrzej JUCHNIEWICZ, Dimitri ZANIEMONSKI
Entre las dos guerras mundiales, varios Oblatos polacos trabajaron en tierras bielorrusas, que pertenecían entonces a Polonia. La segunda guerra mundial los obligó a abandonar su misión. El único que pudo quedarse fue el padre Wojciech Nowaczyk. Deportado a Siberia durante unos años, vuelve a Bielorrusia después de la muerte de Stalin y trabaja allí hasta su muerte en 1984. Durante más de 30 años fue uno de los pocos sacerdotes de la Iglesia católica presentes en el territorio de la república socialista soviética de Bielorrusia.
Los Oblatos polacos no pudieron volver a Bielorrusia hasta 1990. En la actualidad, 7 Oblatos trabajan en ese país. 4 son nativos de Polonia y 3 de Bielorrusia.
Krzysztof ZIELENDA, OMI