El miércoles 27 de mayo, próxima la celebración del día de san Eugenio, la Familia mazenodiana se congregó en respuesta a una invitación de la Comunidad de los Oblatos de Aix-en-Provence. Durante el rato de oración introductorio al encuentro, los participantes oyeron parte de la carta de san Pablo a los Filipenses (2,1-12), así como párrafos de las Constituciones y Reglas oblatas sobre el valor evangélico de la pobreza y el deber, para los Oblatos, de formarse a lo largo de su vida misionera.
El padre Krzysztof ZIELENDA recordó a continuación los puntos esenciales desarrollados por el padre Gilberto PIÑÓN en su intervención del 15 de febrero de 2015. La identidad de los «laicos asociados» había quedado aclarada: «Respondiendo a una llamada de Cristo, los laicos asociados viven su bautismo, iluminados por el carisma de san Eugenio de Mazenod. Con espíritu de familia, comparten entre ellos y con los Oblatos la misma espiritualidad y el mismo enfoque misionero».
Pero a la hora de organizar el grupo y darle una forma autónoma, era importante tener en cuenta nuestra propia cultura y los deseos de las personas interesadas. La comunidad de los Oblatos de Aix presentó dos propuestas. Primero, seguir agrupando en torno a la comunidad aquellas que tienen, de cerca o de lejos, relación con ella: «la Familia mazenodiana». Segundo, reunir a las personas que quieran conocer más y vivir el carisma de san Eugenio. Ese grupo, «los laicos asociados», autónomo con respecto a la comunidad de los Oblatos, mantendría relación con la Familia mazenodiana.
Después de una reflexión en grupos, llegamos a la conclusión de que no estamos preparados aun para constituir un grupo de «laicos asociados» autónomo respecto a la comunidad de los Oblatos. Vamos a seguir viviendo como Familia mazenodiana, atentos a las llamadas en vistas a crear el grupo de «laicos asociados».
Chantal BERNARD-BRET